Alquiler de yates: ¿qué hay que tener en cuenta para no perder la fianza?
Cuando alquilas un yate estás obligado a abonar una fianza reembolsable que cubra cualquier daño que pudiera ocurrirle al yate durante el crucero. En el 99% de los casos la fianza se devuelve íntegramente a los clientes, pero hay que tener en cuenta que existe la posibilidad de perder toda o parte de ella, y créeme, ¡le puede pasar a cualquiera!
La mayoría de los daños los causa tu tripulación, debido a su inexperiencia o a un simple descuido. Haz lo posible por informarles sobre los aspectos a tener en cuenta al darles las respectivas órdenes.
Los cabos siempre en los anclajes
Después de cada maniobra, comprueba todos los amarres y los springs para asegurarte de que pasan correctamente por los anclajes hacia la cornamusa. Las escobenes mantienen los cabos en una posición adecuada para que los cabos no dañen los elementos de la cubierta bajo la influencia del viento y el movimiento libre del yate, y no es difícil dañar los sables o los púlpitos (de popa o de proa) si el cabo no pasa por el escobén.
Objetos sueltos
Mientras navegues con el motor, el yate es relativamente estable, pero tras desplegar las velas - ya sabes . Los objetos que quedan sueltos en la galera, el comedor o los camarotes pueden provocar muchos daños. Pueden dañarse los acabados de madera del yate, así como los elementos mencionados. Imagínate una cámara de fotos cayendo desde una altura de 1,50 m al suelo de madera de la amura de babor. Antes de cada izado de velas aviso a todos para que revisen sus camarotes. También designo a una persona para que controle al resto de la tripulación. Esta persona también es responsable de cerrar todas las ventanas, puertas, revisar la galera, etc.
El trinquete puede engancharse al girar
En la mayoría de los yates, el bote se mantiene en cubierta, delante del mástil, donde el trinquete salta al girar y donde una tripulación desatenta puede dañar algo al cambiar de amura. Designa siempre a una persona para que asome la cabeza fuera de la capota de roof y avise a los del cabrestante si algo va mal (por ejemplo, si el trinquete o su escota levantan el bote). Presta también atención a los instrumentos montados en el mástil, por ejemplo, el radar o la iluminación del motor. Un trinquete enganchado puede arrancarlos o puedes romperlo tú mismo: simplemente: no va, para, piensa, ¡no le des con todas tus fuerzas!
Defensas más eficaces
Si tu tripulación es lo suficientemente numerosa, haz que manejen las defensas cuando te acerques al muelle. En la mayoría de los casos, una defensa suspendida sobre raíles funciona bien, pero cuando la maneja una persona se convierte en un elemento de seguridad aún mejor.
Daños en la hélice de maniobra
Algunos lo consideran una gran comodidad, otros (los más veteranos) un añadido innecesario, pero cuando está ahí, nos gusta utilizarla. Hay que tener cuidado al ponerla en marcha para que no se enrolle nada en ella. Evita conectar la hélice de maniobra cuando arrastréis o hagáis un fondeo con boya y muerto u os acerquéis a las boyas. Al acercarte al muelle, comprueba si alguien ha perdido su amarre o hay algún trozo de cabo "perdido", ¡sí, lo sé! Es difícil, pero puede salvarte de perder una fianza bastante elevada. Si el operador detecta daños en la hélice de maniobra puedes estar 100% seguro de que no es culpa tuya, únicamente si no la has utilizado.
¿Se te ha enganchado el ancla? No la saques a la fuerza
Suele ocurrir que el ancla se engancha a algo bajo el agua y no quiere soltarse. Normalmente nos enteramos cuando la subimos a bordo. El molinete del ancla no es un cabrestante para sacar rocas subacuáticas, así que cuando notes una clara resistencia, no tire de él a la fuerza. En el mejor de los casos quemarás el fusible, en el peor el motor del cabrestante, y ya puedes despedirte de toda la fianza, y eso duele. En este caso es mejor llamar a un buzo. Tendrás que pagarle entre 50 y 200 EUR (dependiendo de la profundidad y de dónde hayas echado el ancla), pero es menos que la fianza y seguirás teniendo un molinete de ancla listo para actuar.
Los consejos anteriores pueden parecer triviales a primera vista, pero estos consejos triviales pueden salvarte de perder tu fianza o parte de ella. También puede protegerte contratando un seguro de fianza extra. Es cierto que es otro gasto adicional, pero no tendrás que preocuparte por la pérdida de la fianza.
Saludos, marinero
¡Grzegorz de YACHTIC!